Una de las decisiones más importantes que debe tomar un escritor al desarrollar una novela es cómo narrar los eventos que ocurren en su historia. Las dos principales formas narrativas son “contar” (telling) y “mostrar” (showing). Ambas tienen un impacto significativo en cómo los lectores experimentan la trama, los personajes y el mundo que has creado.
Entender cuándo es mejor contar y cuándo es mejor mostrar puede ayudarte a darle a tu historia más dinamismo, profundidad y, sobre todo, a mantener a los lectores enganchados. En este artículo te explicamos las diferencias entre estas dos técnicas y te damos algunos consejos para que las utilices a tu favor.
1. ¿Qué significa “contar”?
Contar, o “telling”, es cuando el narrador le explica directamente al lector lo que está ocurriendo en la historia, lo que sienten los personajes o las características del entorno. Es una forma más directa y eficiente de transmitir información, ya que no se detiene en detalles, sino que va al grano.
Por ejemplo, si un personaje está enojado, simplemente podrías decir: “Estaba furioso”. De esta forma, le estás diciendo directamente al lector qué emoción está sintiendo el personaje sin mostrarle cómo se ve o cómo actúa.
El “contar” es útil cuando quieres transmitir información rápidamente o cuando necesitas avanzar la trama de manera concisa, pero puede resultar poco envolvente si se utiliza en exceso, ya que los lectores no tienen la oportunidad de visualizar o experimentar los eventos de forma más vívida.
2. ¿Qué significa “mostrar”?
Mostrar, o “showing”, es cuando permites que los lectores experimenten los eventos y emociones de los personajes a través de descripciones, acciones y diálogos, en lugar de explicarles directamente lo que ocurre. Esta técnica hace que los lectores se sientan más inmersos en la historia, ya que les permite sacar sus propias conclusiones sobre lo que está sucediendo.
Siguiendo con el ejemplo anterior, en lugar de decir “Estaba furioso”, podrías mostrarlo escribiendo: “Apretó los puños y sus dientes rechinaron mientras su rostro se enrojecía”. En este caso, el lector deduce que el personaje está enojado a través de sus acciones y lenguaje corporal.
El “mostrar” genera una conexión más profunda con los personajes y el mundo de la historia, pero también puede ralentizar el ritmo narrativo si se usa en exceso, ya que requiere más espacio para describir las escenas.
3. ¿Cuándo es mejor contar?
El contar es especialmente útil cuando necesitas transmitir información rápidamente o cuando los detalles no son esenciales para el desarrollo de la escena. Aquí algunos ejemplos de cuándo usar esta técnica:
- Transiciones rápidas: Si necesitas mover a tus personajes de un lugar a otro sin detenerte en las minucias del viaje, es mejor contar: “Viajaron durante tres días hasta llegar a la ciudad”.
- Información de fondo: Para brindar detalles de contexto sin interrumpir el flujo de la historia. Por ejemplo: “Era un hombre solitario que prefería la compañía de sus libros a la de las personas”.
- Resúmenes de acciones repetitivas: En lugar de describir cada día que un personaje pasa en la rutina, puedes resumir: “Durante semanas, su vida fue una repetición monótona de trabajo y descanso”.
Contar es una herramienta eficiente cuando la acción o el contexto no requieren una descripción detallada, permitiendo que la historia avance más rápidamente.
4. ¿Cuándo es mejor mostrar?
El mostrar es ideal cuando quieres que los lectores se involucren emocionalmente en la historia y vivan junto a los personajes lo que está ocurriendo. Algunos momentos en los que es mejor mostrar son:
- Momentos clave de la trama: En escenas importantes, como confrontaciones emocionales o grandes revelaciones, mostrar puede hacer que la experiencia sea mucho más vívida para el lector. Por ejemplo, en lugar de decir “Se sintió traicionado”, podrías describir cómo el personaje observa la expresión del otro y se da cuenta de lo que está ocurriendo.
- Desarrollo de personajes: Mostrar cómo actúan los personajes bajo presión o en situaciones cotidianas ayuda a revelar su personalidad. En lugar de decir que un personaje es tímido, podrías mostrarlo apartando la mirada o jugando nerviosamente con sus manos durante una conversación.
- Ambientes y atmósferas: Cuando describas escenarios o el clima emocional de una escena, mostrar puede crear una atmósfera más rica. Por ejemplo, en lugar de decir “El día era soleado”, podrías describir cómo los rayos del sol iluminan el polvo en el aire y cómo el calor se siente en la piel.
Mostrar permite que los lectores se conviertan en participantes activos de la historia, extrayendo significados y emociones a partir de lo que observan.
5. El equilibrio entre contar y mostrar
No se trata de elegir entre una técnica u otra, sino de encontrar un equilibrio entre ambas. Mostrar es más envolvente y detallado, mientras que contar es más directo y eficaz. La clave está en utilizar cada técnica en el momento adecuado.
Si toda la novela se basara únicamente en mostrar, podría volverse demasiado lenta o abrumadora en cuanto a detalles; si todo fuera contar, podría sentirse superficial o demasiado expositiva. Por eso, saber cuándo es mejor narrar de una manera u otra es esencial para mantener el ritmo y el interés de la historia.
Conclusión “Contar” y “mostrar” son dos herramientas fundamentales para cualquier escritor. Saber cuándo usar cada una de estas técnicas te permitirá mantener el ritmo adecuado, hacer que los lectores se involucren emocionalmente y avanzar de manera eficiente en la trama. La clave está en encontrar el equilibrio que mejor se adapte a la historia que estás narrando y al efecto que quieres lograr en tus lectores.